La equitación reporta numerosos beneficios para su salud de los niños. Estimula la capacidad física (desarrollando su musculatura, fortaleciendo sus articulaciones y movilidad y mejorando su equilibro), mejora la concentración y la atención (porque exige destreza, dedicación, tiempo, constancia y, sobre todo, una gran concentración), desarrolla la autoconfianza, el autocontrol y la autoestima (ayudando a los más pequeños a superar sus temores y a aprender a gestionar sus problemas y conflictos con mayor facilidad e independencia), favorece la socialización (dado que requiere un trabajo de equipo entre el animal y el niño) y potencia los valores positivos (como el amor por la naturaleza y, en especial, por los animales, el respeto hacia los demás, la responsabilidad, la solidaridad o el sentido del deber).