Principios de los años 70, batuta de Don Juan de la Peña, estando por entonces como directora del Colegio la que ahora es nuestra Madre General. Los instrumentos, donados por una embrionaria asociación de padres y madres. El uniforme, las bandurrias y guitarras con fórmulas de color blanco, los laúdes de amarillo, las cantoras con babi a rayas. Los componentes, niñas de entre 5 y 13 años.
Nacía nuestra Rondalla.
Una apuesta novedosa y arriesgada, osada para muchos, en una época en la que la figura de la mujer quedaba relegada, todavía, a otros menesteres y la formación musical estaba solo al alcance de unos pocos.
Desde entonces, han sido muchas las alumnas que se han formado en nuestras cuerdas, nutriendo después otras formaciones e instituciones musicales muy bien consideradas en la actualidad en nuestra localidad. Muchos han sido también los allegados y simpatizantes que han iniciado sus conocimientos musicales a través de ella. Algun@s se han convertido en reconocidos “influencers” del panorama musical comarcal, regional e incluso nacional en el arte de la enseñanza musical, la canción lírica o la música clásica o popular, entre otras facetas.
Incontables han sido también los certámenes musicales, eventos y ceremonias amenizadas con sus acordes todos ellos recogidos en el variado fondo musical, sonoro y documental, con el que cuenta nuestra Rondalla. El disco “Rondalla la Inmaculada”, grabado hace ahora dos años, o el macro-espectáculo “Villafranca: una historia de músicas”, en el que también participaron nuestras alumnas el año pasado, son reflejo de ello.
Queremos hoy homenajear a una formación, emblemática en nuestro Colegio, que ha sabido evolucionar y adaptarse a los importantes cambios producidos a lo largo de sus casi 50 años de historia, siempre con un objetivo claro desde su creación: hacer llegar la música popular a todos los estamentos sociales de nuestra localidad.
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